Como apoyo de un nuevo encuentro de nuestras clásicas Tertulias Digitales en nuestra visita al Teatro Colon, les comparto un muy buen post para poder “bucear” un gran clásico de la opera de origen checo que se estrena por primera vez en Argentina: Rusalka de Antonín Dvorak
El compositor checo Antonin Dvorák quería hacer una ópera popular y en sólo unos meses elaboró la que es, desde 1900, una de la más representada en la historia de la República Checa: sólo en 1946 tuvo más de 500 presentaciones. Rusalka, ninfa acuática, de la familia de la sirena -muchos dicen que el libreto se basa en leyendas eslavas pero también en el histórico relato de Hans Christian Andersen- es la expresión del don melódico del compositor. La historia de la sirena que quiere ser humana por amor a un príncipe llega por primera vez al Colón, con la famosa aria “Canción de la luna”. Una metáfora del vínculo del ser humano y la naturaleza y una historia de amor fantástico.
ÓPERA EN TRES ACTOS DE ANTONIN DVO?ÁK (1901)
LIBRETO DE JAROSLAV KVAPIL, BASADO EN LOS CUENTOS FANTÁSTICOS DE KAREL JAROMÍR ERBEN Y BOŽENA N?MCOVÁ ADAPTACIÓN DE LA PRODUCCIÓN DEL TEATRO DE BELLAS ARTES, MÉXICO
DIRECTOR MUSICAL INVITADO
Julian Kuerti
DIRECTOR DE ESCENA
Enrique Singer
DISEÑO DE ESCENOGRAFÍA
Jorge Ballina
DISEÑO DE VESTUARIO
Eloise Kazan
DISEÑO DE ILUMINACIÓN
Víctor Zapatero
DISEÑO COREOGRÁFICO
Carlos Carrillo
PRINCIPALES INTÉRPRETES
RUSALKA
Ana María Martínez
Daniela Tabernig *
EL PRÍNCIPE
Dmitry Golovnin
Fernando Chalabe *
VODNIK
Ante Jerkunica
Mariano Gladic *
JEZIBABA
Elisabeth Canis
María Luján Mirabelli *
PRINCESA EXTRANJERA
Marina Silva
Sabrina Cirera *
DUENDECILLAS
DEL BOSQUE
Oriana Favaro
Rocío Giordano
Rocío Arbizu
Laura Pisani *
Belén Rivarola *
María Luisa Merino *
GUARDABOSQUES
Sebastián Sorarrain
Norberto Marcos *
NIÑO DE LA COCINA
Cecilia Pastawski
Rocío Arbizu *
* Funciones Extraordinarias
+ detalles en http://www.teatrocolon.org.ar/es/2017/opera/rusalka
El mayor deseo de Dvorak era alcanzar un éxito rotundo con una ópera, tal vez llegar a escribir auténticas óperas populares, como Verdi. De mayo a noviembre de 1900 trabajó en ésta, que habría de ser su mejor obra dramática y que merece un lugar entre las mejores óperas de todos los países.
El estreno de Rusalka tuvo lugar el 31 de marzo de 1901 en el Teatro Nacional de Praga; la prueba de la popularidad que ha tenido en su país es que en 1946 hubo 500 representaciones (cantidad sólo superada por dos óperas de Smetana, La novia vendida y El beso). En el extranjero es poco conocida, pero allí donde se representa conquista los corazones.
Cuento lírico en tres actos. Libreto de Jaroslav Kvapil.
Título original: Rusalka (término checo que significa ondina).
Idioma original: checo.
ANTECEDENTES: La ópera es una manifestación artística nacida de la especulación de un grupo de intelectuales renacentistas italianos, que se impuso popularmente a mediados del siglo XVII y que creció hasta abarcar todas las artes. Hoy se puede asegurar que se trata del primer entretenimiento multimediático de la historia.
Las mejores óperas tienen un enorme trasfondo cultural dada la diversidad de fuentes, que la alimentan y es por eso que pueden ser comprendidas desde una variedad de disciplinas: no solamente desde la música y el teatro, sino -por ejemplo- también desde las costumbres, la historia, la filosofía, la psicología, las letras y las artes plásticas.
EL AUTOR Y SU OBRA: Rusalka es la obra del checo Antonín Dvo?ák (1841-1904), autor, también, de la famosisíma “Sinfonía del Nuevo Mundo”, por la que es muy conocido.
Estrenada en Praga en 1901, la ópera, que trata de una ninfa de los lagos de Bohemia y de su amor imposible por un príncipe, se basa en el conocido cuento de Hans Christian Andersen “La Sirenita”, más otras fuentes alemanas y checas. El libreto pertenece al poeta Jaroslav Kvapil.
Todo cuento de hadas es un relato metafórico, y este drama en particular muestra inquietantes paralelismos con las relaciones sociales y con la dificil situación política de aquella región dentro del declinante imperio Habsburgo. La música, como en general la obra de Dvo?ák, es afín el romanticismo alemán, con claras influencias de Brahms y Wagner, por un lado, y con el folclore eslavo, por el otro. Desde el primer instante encontró el favor del público y la aprobación de la crítica.
Con el correr del siglo XX el prestigio de Rusalka se fue afianzando fuera de su país de origen y es actualmente uno de los pilares del repertorio operístico. Hoy todos conocemos la admirable “Canción a la Luna” de la protagonista en el primer acto, seguramente en la versión de Renée Fleming quien desde la Metropolitan Opera de New York viene abogando desde hace años por la difusión de esta ópera magnífica y conmovedora.
Personajes: El príncipe (tenor); el guardabosques (tenor); una princesa extranjera (soprano); Rusalka (soprano); el espíritu de las aguas (barítono); la bruja Jezibaba (contralto); un cazador (tenor); tres elfos.
Lugar y época: Los propios de los cuentos de hadas.
Argumento: Una hermosa noche de verano, las ondinas juegan en un lago del bosque y bromean con el viejo espíritu de las aguas. Sin embargo, una no está completamente entregada al juego: Rusalka ama al príncipe que va a cazar con frecuencia a ese lugar, el cual no puede verla porque es invisible a los ojos humanos. Rusalka anhela tener un cuerpo humano y vivir la vida de una mujer. El espíritu de las aguas intenta inútilmente disuadirla. Rusalka recurre a la bruja, que puede cumplir su deseo pero que le impone una condición difícil: enmudecer. Sin embargo, nadie puede disuadirla de su deseo. Y así, el príncipe, que se ha enamorado de ella, la lleva a su castillo. Pero su amor se enfría poco a poco, pues no puede entender a la extraña mujer, bella y siempre silenciosa. A una princesa le resulta fácil llamar la atención del príncipe. El espíritu de las aguas, que no puede soportar más el sufrimiento de Rusalka, se la arrebata al príncipe. Sólo entonces comprende éste que ha amado a un ser del reino de los espíritus. Su deseo despierta otra vez y envía mensajeros para que encuentren a Rusalka. Esta vagabundea desesperada; ha sido desterrada del reino de las aguas; no puede y no quiere volver al reino de los hombres. La bruja le sugiere una solución: si mata al príncipe quedará redimida y podrá volver a las profundidades del lago. Pero Rusalka sigue amando al príncipe y, cuando éste llega por fin, enfermo de nostalgia, al borde del lago, la ondina quiere salvarlo. El príncipe sabe que el beso de Rusalka se ha vuelto mortal para él, pero anhela ese final. Muere en el instante más dichoso de su vida.
Libreto: Rusalka es una antiquísima figura de los cuentos de hadas. Aparece en la literatura europea ya en 1387, en Jean d’Arras; en poemas posteriores la encontramos como sirena, ondina o Melusina. Pertenece a un reino intermedio en cuya existencia creyó firmemente, como muchos otros, el genial investigador de la naturaleza, médico y artista de la medicina, Teophrastus von Hohenheim, llamado Paracelso (1493-1541). Rusalka es, como las ninfas y las ondinas, un espíritu elemental, ligado con el cuerpo y la sangre al reino de los hombres pero también, a causa de su carencia de alma, al mundo de los espíritus. Su anhelo consiste en convertirse en ser humano y poder amar como una mujer terrenal, incluso al precio del sufrimiento y de la muerte. Jaroslav Kvapil escribió en 1899 el libreto de Rusalka, sin saber quién le pondría música. Creó un verdadero libro de cuentos, que si bien recibió muchas influencias (en especial una que no se encuentra en otros textos sobre ondinas: la de Andersen), es homogéneo, bello y lleno de viveza.
Música: El mayor deseo de Dvorak era alcanzar un éxito rotundo con una ópera, tal vez llegar a escribir auténticas óperas populares, como Verdi. De mayo a noviembre de 1900 trabajó en ésta, que habría de ser su mejor obra dramática y que merece un lugar entre las mejores óperas de todos los países. El ambiente mágico del primer y último acto está maravillosamente logrado; tiene algo de Wagner aquí y allá, pero es ante todo checo, con la más profunda y fina sensibilidad para un verdadero arte popular. Es posible que Dvorak estuviera totalmente pendiente de su Rusalka, pues las melodías que puso en su boca son de una belleza pura y conmovedora. Se sabe que, para componer esta ópera, se retiraba todos los días durante varias horas a orillas de un solitario lago del bosque. Tal vez fuese una ondina quien le inspiró la magnífica «Canción a la luna».
Historia: El estreno de esta ópera tuvo lugar el 31 de marzo de 1901 en el Teatro Nacional de Praga; la prueba de la popularidad que ha tenido en su país es que en 1946 hubo 500 representaciones (cantidad sólo superada por dos óperas de Smetana, La novia vendida y El beso). En el extranjero es poco conocida, pero allí donde se representa conquista los corazones.
Fuente: Diccionario de la Ópera de Kurt Pahlen & Hagaselamusica.com & BALirica.org.ar