Verdi era por entonces un compositor de gran prestigio en toda Europa. El éxito de esta nueva ópera cimentó aún más su fama internacional.
La descripción de la localización geográfica se convierte en parte esencial de la atmósfera musical. Este exotismo está ligado a un uso más sofisticado de la orquesta, incluyendo dramáticos efectos instrumentales.
Ambientada en el Egipto faraónico, narra la historia de amor entre Aída, una princesa etíope, pero esclava en Egipto, y Radamés, militar egipcio y comandante de las fuerzas que ocuparon la tierra de Aída. A este amor se oponen Amonasro, padre de Aída, que exige venganza, y Amneris, hija del faraón, que también ama a Radamés.
En noviembre de 1869, el Khedive de Egipto, Ismail Pasha, pidió a Verdi que compusiese un himno para la inauguración del Canal de Suez. Verdi, en un primer momento, rechazó la propuesta de componer música incidental, pero comenzó a barajar la idea de componer una ópera. Pasha intentó convencer nuevamente a Verdi, e incluso a Gounod o Wagner, abriendo la posibilidad de componer una ópera. Cuando Verdi leyó el argumento escrito por Auguste Mariette lo consideró como una buena opción y finalmente aceptó el encargo el 2 de junio de 1870. Es común asociar Aída con la apertura del Canal de Suez, aunque como ya hemos mencionado al principio, su estreno fue posterior. Tradicionalmente, se ha asociado su demora a dos causas: la Guerra Franco-prusiana o la lentitud de Verdi para completar la partitura. Finalmente la ópera que se representó durante los fastos de la inauguración del Canal de Suez, fue Rigoletto del propio Verdi.
Verdi desarrolló su estilo para utilizar los elementos de la Grand Opéra francesa: cuatro largos actos, coros, ballets y escenarios monumentales. Por ello, la ópera no fue tan bien recibida en Italia. Actualmente es una de las óperas más conocidas e interpretadas del repertorio.
Una de las piezas musicales de la ópera (la Marcha Triunfal “Gloria all`Egitto”) es frecuentemente usada por los aficionados en los estadios de fútbol como cántico y junto con la Marcha Nupcial de Mendelssohn en ceremonias religiosas católicas de matrimonio.
Momentos clave
- Acto 1: Celeste Aída. Al comienzo del acto inicial, Radamés entona una romanza para proclamar su amor por Aída. Se trata de una página en cuyo recitativo “se quel guerrier io fossi” oímos al militar que espera ser designado caudillo de su pueblo en la guerra contra los etíopes. Luego se expresa el enamorado: la gloria que anhela le servirá para coronar a Aída y subirla a “un trono junto al sol”. Con estas palabras termina el tenor una difícil aria, que lleva su voz en tres ocasiones al si bemol agudo. El hecho de que el último de éstos haya de cantarse pianíssimo y recién salido a escena con garganta fría, hace de esta romanza una de las más temidas por los tenores. De hecho, el famoso tenor francés Roberto Alagna fue abucheado en la Scala de Milán luego de su interpretación de esta célebre aria.
- Acto 1: Ritorna vincitor. Al final del cuadro primero del primer acto, Aída hace suyas las palabras con que los egipcios saludan a Radamés, recién nombrado general del ejército, deseándole la victoria. Ella también quiere el éxito de su amado y supone, al tiempo, la derrota de su padre Amonasro, rey de los etíopes. Amor y deber patrio luchan en el corazón generoso de la angustiada joven, que al final de la página ruega compasión a los dioses (“numi, pieta“)
- Acto 2: “Nel rivederla, il dubbio atroce in me si desta”. En el cuadro primero del segundo acto, se produce el enfrentamiento entre Aída y Amneris: la princesa egipcia interroga con astucia a la esclava que, involuntariamente, descubre su amor por Radamés. Amneris se revela como su rival y la obliga a acompañarla a la celebración del triunfo. El contraste entre las tesituras de las dos voces (soprano y mezzosoprano), la sutilezas de la orquestación y el empleo de los temas musicales asociados a los dos personajes son elementos manejados por Verdi de modo admirable.
- Acto 2: “Gloria all’egitto”. Escena de enorme espectacularidad que sirve de justificación a colosales montajes. El coro inicial (gloria all’egitto) fue adoptado por el jedive que encargó la ópera a Verdi como himno nacional.
- Acto 3: “Oh patria mia”. La inspiración de Verdi y su talento como orquestador y dramaturgo alcanzan en el acto tercero un punto culminante. Casi todo el acto está dominado por Aída, casi omnipresente, lo que plantea a su intérprete un arduo problema: dos espléndidos y largos dúos – con su padre primero y con Radamès después- someten a durísima prueba su capacidad musical y su preparación técnica. Pero además, previamente aún ha de enfrentarse este personaje a una romanza que no figuraba en el estreno de El Cairo y que Verdi escribió para la soprano Teresa Stolz: “O patria mia”, en la que la joven recuerda su tierra natal, que nunca volverá a ver.
- Acto 4: En el último acto, destaca la gran escena de Amneris, sola primero y con Radamés luego, cuyo amor trata de alcanzar en vano: el joven, traidor involuntario a su patria y sin posibilidad de recuperar a Aída sólo desea morir. Sigue el juicio y condena de Radamés, lo que provoca la ira de Amneris, que llama a los sacerdotes de Isis “tigres sedientos de sangre”. Aída se cierra en un precioso adiós a la vida: Radamès, enterrado vivo, descubre en la tumba a su amada y ambos unen sus voces en el célebre “O terra, addio”, mientras Amneris, impotente y profundamente dolorosa, implora a los dioses egipcios que su adorado Radames pueda descansar en paz, ignorando que en su tumba Aida lo acompañará eternamente
Personajes
- Aída: esclava etíope, hija de Amonasro (soprano)
- Radamés: capitán de la guardia egipcia (tenor (spinto))
- Amneris: hija del rey de Egipto (mezzosoprano)
- Amonasro: rey de Etiopía (barítono)
- Ramfis: sumo sacerdote de Egipto (bajo)
- Rey de Egipto (bajo)
- Mensajero (tenor)
- Sacerdotisa (mezzosoprano)
- Sacerdotes, sacerdotisas, curas
Intérpretes y discografía
Las más famosas Aídas fueron la yugoeslava Zinka Milanov, Renata Tebaldi y Maria Callas hasta la llegada de Leontyne Price, la soprano afroamericana que se hizo célebre con este papel y otros de Verdi. A la par de Price otras sopranos afroamericanas conquistaron fama en el personaje como Martina Arroyo y dos mezzosopranos que cambiaron a soprano, Shirley Verrett y Grace Bumbry. Otras Aídas importantes fueron Anna Tomowa-Sintow, Maria Chiara y Montserrat Caballé.
Entre las mezzosopranos que cantaron Amneris se destacaron Giulieta Simionato, Ebe Stignani, Fiorenza Cossotto, Shirley Verrett, Ana María Iriarte, Grace Bumbry, Dolora Zajick y las rusas Irina Arkhipova, Elena Obratszova, Olga Borodina y la gran mezzosoprano mexicana Oralia Dominguez.
Los más importantes Radamés han sido Giovanni Martinelli, Enrico Caruso, Franco Corelli, Mario del Mónaco, Carlo Bergonzi y Plácido Domingo. Entre los Amonasro, Leonard Warren, Piero Capuccili, Sherrill Milnes y Simon Estes.
Notas
- Berenguer González, Ramón T. “Aída” Marcha Triunfal -Mp3 Techno Cover 6923840, Legran Studio Composers, publicado con permiso del propietario de la versión
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